Pintores Románticos Españoles.

En la Europa de finales del s. XVIII hasta mitad del XIX aparecen unas manifestaciones culturales, un ideal de vuelta al Medievo denominado Romanticismo. Efectivamente, el término Romántico hace alusión a la Edad Media. El Romanticismo es una nueva sensibilidad que aflora en buena parte de Europa y que se contrapone al progreso que representaba la Ilustración.

De esta manera el romántico se rebela contra el orden establecido, contra las normas académicas  y las reglas del arte. Los artistas románticos tendieron a romper las imposiciones estéticas y realizan obras que reponden a su necesidad interior de expresividad. La Edad Media aparece como la encarnación de un nuevo ideal que venía a sustituir al Mundo Clásico.

El Romanticismo aparece en España durante el reinado de Isabel II y hasta su destronamiento, aunque algunos estudiosos opinan que se mantuvo hasta la época de la Restauración. Con respecto al resto de Europa, en España surgió más tarde y se puede decir que tuvo su auge al morir Fernando VII. Fue una corriente tímida pero que desde muy pronto tuvo contactos con el movimiento europeo y esto fue posible a través de revistas como «El europeo» que difundía las corrientes románticas.

Al ascender la burguesía en el reinado de Isabel II, van apareciendo nuevos gustos en las artes, siendo en la pintura donde mejor se recogerán los sentimientos románticos. El género del retrato dominará por encima de la pintura religiosa como espejo en el que los burgueses querían ver reflejado su prestigio. Así, los nuevos temas que destacarán serán los paisajes y los temas costumbristas.

Dentro del grupo madrileño de artistas la huella de Goya la podemos rastrear en el pintor Leonardo Alenza y Nieto, excelente dibujante que interpretó una sátira del romanticismo en su obra «El suicidio del poeta romántico«. Esta pintura recoge la tradición goyesca de los cartones para tapices que resuelve con un estilo abocetado y rápido.

Imagen extraída de http://www.pinterest.es

Otro pintor español a destacar fue Eugenio Lucas Velázquez, el cual siguió casi con fidelidad las obras de Goya y casi copia o imita su técnica abocetada donde predomina la mancha y el color en escenas como «Condenada por la Inquisición» o «Las presidentas» que se muestran a continuación:

Imagen extraída de http://www.tuitearte.es

Imagen extraída de http://www.pinterest.es

Este artista viajó a Marruecos, Italia y París, conociendo así lo que se hacía en otros lugares y abordando temas de paisaje o escenas taurinas. Pintó una obra titulada «La libertad guiando a la iglesia» donde puede verse claramente cierta semejanza con la de Delacroix «La libertad guiando al pueblo«.

La libertad guiando a la Iglesia extraída de http://www.pinterest.es

La libertad guiando al pueblo, de Delacroix. Extraída de http://www.wikipedia.org

Pero fue el costumbrismo el género que tuvo más popularidad en España. En Sevilla toda una generación de artistas trabajó con la vista puesta en Murilla y sus escenas religiosas y para atender a los turistas y burgueses que querían escenas alegres de romería o fiestas locales llenas de tipismo. En este sentido destacó la familia Bécquer. José Domínguez Insausti Bécquer padre del famoso escrito Gustavo Adolfo Bécquer, fue el creador de ese género de pintura para viajeros. Sus hijos, Valeriano y Gustavo Adolfo, son claros ejemplos de artistas románticos que murieron jóvenes. Viajaron por toda España para pintar y escribir sobre sus costumbres gracias a una pensión concedida por Antonio Alcalá Galiano, a cambio de ello estaban obligados a enviar dos cuadros al año para el museo.

Podemos destacar «El presente» de Valeriano.

O esta denominada «El baile de los campesinos» extraída de http://www.pinterest.es.

La escuela sevillana dio muchas escenas de costumbres y artistas como Cabral y Guzmán, especializados en bailes o fiestas de brillante colorido y factura minuciosa.

El retrato, tanto individual como colectivo, fue el género más fecundo en el romanticismo danto ejemplos muy notables. Generales victoriosos, artistas, escritores, damas…cualquier tema era válido para retratar. Con Antonio María Esquivel tenemos dos muestras de los retratos colectivos:

«Los poetas contemporáneos. Zorrilla leyendo unos versos en el estudio del pintor». 

Ventura de la Vega leyendo una obra a los actores del teatro Príncipe. Extraída de http://www.museodelprado.es

Otros pintores que sobresalieron en el género del retrato fueron Federico de Madrazo y Carlos Luis de Ribera. Ambos estuvieron pensionados en Roma y en París, Federico fue discípulo de Ingres y Carlos Luis de Delaroche. Madrazo consolidó un estilo sobrio de acusado detallismo sobre todo en su primera época. Destacamos la obra «La condesa de Vilches»:

La condesa de Vilches. Extraída de http://www.twitter.com

Más tarde sus retratos fueron más austeros y las figuras se recortan sobre un fondo pardo como el ovalado de «Carolina Coronado«. En todos ellos destaca el dibujo preciso y la dignidad que sabe imprimir a la figura de los retratados.

Por último, finalizamos este post con otros dos autores románticos españoles, Claudi Lorenzale y Jenaro Pérez Villaamil. Lorenzale se especializó en cuadros de historia medieval catalana como el que vemos a continuación «La creación del escudo de Barcelona» 

En la pintura romántica española el paisaje fue el género menos abundante, aunque no existente. Jenaro Pérez Villaamil fue casi el único de los paisajistas españoles relevantes de la primera mitad del siglo XIX. Exiliado a Inglaterra, viajó  por Europa y América y en 1833 conoció en Sevilla al pintor escocés David Robert el cual influyó de alguna manera a la hora de realizar los paisajes. De esta manera en Villaamil hay mucho de paisajismo a la inglesa con exactitud topográfica en la representación de monumentos y detalles.

Corrida de toros en un pueblo. Extraída de http://www.museotoca.com

Bibliografía empleada: Antigüedad del Castillo-Olivares, Mª. D., Nieto Alcaide, V., Martínez Pino, J. 2015: El siglo XIX: La mirada al pasado y la modernidad. Madrid. Ramón Areces.